jueves, 18 de junio de 2009

La pintura en el siglo XX: Postimpresionismo


Van Gogh, Gauguin y Toulouse-Lautrec hoy día se estudian como postimpresionistas, ¿cuál es su relación con el impresionismo? y ¿cómo se relacionan con los movimientos posteriores?

Eso ya es otra historia, otra cosa, otra tendencia. Todo ese período es extraordinariamente rico, está lleno de revoluciones, las cuales se suceden o desaparecen simultáneamente. Después del impresionismo se puede considerar que dos vías, dos caminos, bifurcan a la pintura: uno marcado básicamente por Cézanne y, también por el idealismo, por el simbolismo de Gauguin, pero sobre todo por Cézanne y por su voluntad de construcción intelectual, por su voluntad de reordenar la Naturaleza -y eso apunta directamente hacia el cubismo, que, en sus comienzos, se manifestará como seguidor de Cézanne-. La otra vía, el otro camino, parte de Van Gogh. Este artista era un explosivo, un genio fulgurante que se movió en un destino patético y marginal, lleno de aventuras, extraordinario, que llevó una vida de marginado, de aislamiento, que culminaría con la locura y el suicidio. A partir de este personaje se abre otro camino para la pintura: el expresionismo, de gran influencia en Alemania. La pintura se convierte en un medio de expresar, no de imitar la Naturaleza. Las formas adquirirán entonces un aspecto violento, totalmente libre, totalmente independiente del mundo exterior, el cual será animado por medio de pulsiones violentas procedentes de la psique del artista.